A las cosas por su nombre

Hoy sale publicada en La Marea esta reseña de #Gorrones.

Reconózcalo, usted se descarga contenidos gratis en internet siempre que puede ¿verdad? Chris Ruen también lo sabe, por lo que acaba de publicar #Gorrones – Cómo nuestro insaciable apetito de contenidos gratis en internet empobrece la creatividad (Ediciones Quinto 20, 2016). El autor reivindica una nueva narración sobre el contexto social y tecnológico usando conceptos lo más rigurosos posibles. Ruen otorga una gran importancia al lenguaje a la hora de hablar de derechos de autor, y denuncia que tanto “piratería” como “intercambio de archivos” no son términos neutros y que, por tanto, polarizan ya de partida los debates haciendo de éstos un diálogo de sordos.

Paradójicamente el título original de #Gorrones es Freeloading, que podría haberse traducido como “aprovechados”. Al menos en esta ocasión no se modifica tanto el espíritu del libro, como sucedió recientemente con dos trabajos que se citan en este ensayo: hablamos de Párasitos del periodista Robert Levine (Free ride en el original) o la aún más discutible traducción de You are not a gadget como Contra el rebaño digital, trabajo del tecnólogo Jaron Lanier.

Para comprender bien #Gorrones hay que situarlo en su contexto, ya que Chris Ruen no es un izquierdista ni nada que se le parezca. De hecho, sus caracterizaciones del marxismo o el anarquismo son pésimas, aunque es certero al exponer las consecuencias del “intercambio de archivos” o “piratería”: una inesperada pero extendida mercantilización de la música, al tener que depender los artistas cada vez más de los ingresos por ceder sus canciones a campañas publicitarias, sobre todo de coches y cerveza.

Gracias a su trabajo en el café Greenpoint de Brooklyn, meca hipster de los músicos alternativos en Nueva York, el autor conoció a diversos artistas, promotores y dueños de tiendas de discos y discográficas indies a los que entrevistó. Estas reveladoras conversaciones son la base sobre la que se edifica la narración de #Gorrones. En tiempos de los Panama Papers una de las cosas que más llama la atención es la queja constante sobre las filtraciones de los grabaciones mucho antes de que salgan al mercado, lo que parece ser casi la norma en EEUU.

La honestidad de los entrevistados se refleja en declaraciones como la de Kyp Malone (del grupo TV On The Radio), que resume a la perfección el espíritu del libro: “no creo que nadie se merezca una mamada eterna en la parte de atrás de la limusina más larga que exista. Pero ciertamente tampoco creo que currar “gratis como un cabrón” sea lo que merezco, ni yo ni nadie. Y la idea de que cuantos más artistas pasen hambre mejorará la música es ridícula. La idea de que la falta de recursos es el principal acicate para la calidad es un argumento muy oportuno para la explotación capitalista”.

#Gorrones alumbra todos y cada uno de los rincones oscuros donde los usuarios de internet se niegan a mirar pero donde es más necesario que nunca adentrarse.

Acerca de David García Aristegui

David García Aristegui nació en 1974 y es Licenciado en Ciencias Químicas (Bioquímica) por la Universidad Complutense de Madrid. Publicó el libro ¿Por qué Marx no habló de copyright? (Enclave de Libros) en 2014. Destaca entre sus textos el capítulo sobre SGAE en CT o la Cultura de la Transición (DeBolsillo, 2012) o el prólogo para Criminales del copyright (Hoja de Lata, 2014). Ha escrito SGAE: el monopolio en decadencia (Consonni, 2017) juanto a Ainara LeGardon. Colabora con Ciencia para el pueblo, Asamblea Antimilitarista de Madrid y Ser Histórico. Ha vuelto a escribir.
Esta entrada fue publicada en Textos. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a A las cosas por su nombre

  1. Pingback: El paciente cero de la piratería | Quisqueya Sera Libre

Deja un comentario