La caricatura habitual del sindicalismo, que se plantea tanto a izquierda y derecha del espectro político, es que es una acción colectiva para articular reivindicaciones salariales o gestionar EREs en empresas o sectores en vías de extición, y poco más.
Pero a poco que se analice con un mínimo de rigor los últimos conflictos que se están planteando y el uso de la huelga por colectivos de lo más diverso vemos que el nuevo sindicalismo trasciende, con mucho, el estrecho marco al que se le quiere relegar desde que ilegalizaron las huelgas de solidaridad a finales de los años 70.
Vamos a hacer un repaso, no exhaustivo, de las últimas huelgas que se han planteado, quién las convoca y cuáles son las reivindicaciones. Con él esperamos ayudar a ir desterrando la caricatura del obrerismo de mono azul, que si nunca fue real, ahora es directamente insultante: hace lustros que las luchas no se dan en las fábricas y lo central no es el salario: son luchas por derechos. Empezamos.
Esta huelga de residentes es muy peculiar: su objetivo es «solicitar un aumento en el número de adjuntos, de modo que se pueda llevar a cabo una supervisión adecuada con adquisición progresiva de competencias; que este aumento del número de adjuntos de guardia les permita mantener unas condiciones laborales dignas; y una situación que respete la legalidad y sus derechos como trabajadores para asegurar una atención de calidad a los pacientes». Es una huelga casi única.
En esta huelga hay reivindicaciones salariales y el Gobierno ha querido desacreditarla resaltando esto. Pero la huelga del 19 de noviembre fue una huelga inédita: las siete asociaciones de jueces y fiscales reivindican el incremento de las plantillas (más empleo) o la dotación de sistemas informáticos eficaces y bien coordinados (más medios). Además, tambien se planteó el estudio y fijación de cargas de trabajo racionales o la equiparación de los permisos de paternidad. Y por supuesto, las asociaciones han expresado su preocupación por cómo se están vulnerando todos los principios de independencia judicial.
La Comisión 8M, convocante de la huelga feminista del pasado 8 de marzo, ha difundido a través de las redes sociales las convocatorias que se realizarán hoy 25 de noviembre relacionadas con el Día internacional contra la violencia de género. Recordemos que se desarrolló en Gijón los días 6 y 7 de octubre el IV Encuentro Estatal de la Comisión 8M, donde se hizo un llamamiento a la huelga feminista para un 8 de Marzo más potente. El feminismo asume la herramienta clásica del sindicalismo para reivindicaciones mucho más amplias que las simpmente salariales.
La denuncia de la subcontratación y de la represión sindical son dos de las reivindicaciones principales de las Kellys, uno de los colectivos más activos de los últimos tiempos. Ocho ‘kellys’ de Getafe han denunciado represión sindical después de ser despedidas por formar una sección sindical de CNT en el hotel EXE de Getafe y, poco después, empezó una conflictividad laboral que terminó con el despido de las trabajadoras. Ahora, luchan en los tribunales porque sea el propio establecimiento turístico el que las contrate y no vayan pasando de una subcontrata a otra. Por otro lado, queremos resaltar que cadenas como NH y Barceló vulneran el derecho a la huelga de las kellys, según la Inspección de Trabajo El organismo levanta actas de infracción a las empresas NH Villa de Bilbao, Barceló Bilbao Nervión, Grupo Constant y Cor Outsourcing por boicotear las protestas de las camareras de pisos, según el sindicato ELA, que presentará una demanda.
En julio de este año se convocó la primera huelga de Deliveroo. Ahora 24, 25 y 26 de Noviembre se está desarrollando en Madrid el primer encuentro estatal de “Riders X Derechos”. Este es el nombre con el que se conoce a quienes pedalean en bici o recorren en moto las calles de las ciudades repartiendo comida y otros productos. Falsos autónomos que trabajan para Glovo, Deliveroo y otras empresas. Su reivindicación principal es simple y clara: «que se nos reconozca como falsos autónomos, ya que el trato es de asalariado pese a estar pagando cuota de autónomos».
La reivindicación principal de las y los músicos no es salarial. Al igual que los Riders piden dejar de ser falsos autónomos o las Kellys piden estar en plantilla, los artistas y bandas demandan que se les deje de exigir una factura para poder acturar y que se les contrate laboralmente, que es lo que marca la ley. De momento, tanto instituciones como patronal se ponen de perfil ante esta reivindicación tan básica. Los sindicatos de músicos siguen movilizándose para cambiar esta situación.
El Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid ha logrado que el Ayuntamiento retire la imagen gráfica de la campaña contra las falsificaciones, pero recordando que es una «campaña racista que nos criminaliza, ✊🏿✊🏿✊🏿pero su discurso continúa igual poniendo por encima los derechos de los «ciudadanos consumidores» a nuestros derechos, sin ofrecernos ninguna alternativa». Este martes 27 de noviembre protestarán contra el racismo institucional que «violenta a las personas solicitantes de asilo. Tienen que dormir en la calle haciendo una fila para que les den una cita para el 2020».
Este 24 de noviembre el sindicato Otras celebraba un Congreso extraordinario, después de la decisión de la Audiencia Nacional de ilegalizar la organización. En sus propias palabras: «Nos encontramos con unos estatutos depositados anulados, es cierto, al igual que lo es que, los mismos ya estaban previstos modificar en nuestro próximo Congreso Constituyente que se realizara en breves y próximas fechas. Congreso convocado con anterioridad, y conforme a lo establecido, a la sentencia y a la propia vista realizada el pasado 14 de noviembre. OTRAS siempre se ha manifestado, y sigue haciéndolo, absolutamente en contra de la trata y el tráfico de personas para fines de explotación sexual, y de cualquier otro tipo. De igual forma defendemos que el trabajo sexual es trabajo».